Con panfletos amenazantes, múltiples impactos de bala, un oso de peluche decapitado, dos tacos de dinamita y una corona de flores, fueron las evidencias de un violento atentado que estremeció al barrio San Vicente de Las Caleras, en Cuenca, ocurrido la madrugada de este domingo 23 de noviembre de 2025. Todo este material intimidatorio fue dejado en una vivienda que no era el verdadero objetivo del ataque.

Los panfletos contenían amenazas dirigidas al director del Centro de Privación de Libertad (CPL) Azuay N.º 1, conocido como CRS Turi: “Señor director, esta es una advertencia. La próxima vez este regalo va a llegarle encendido. Los tenemos ubicados a usted y a toda su familia. Mueva esa gente que metió en Turi o aténgase a las consecuencias”.

Sin embargo, según información preliminar, el grupo de antisociales —que se movilizaba en un vehículo y motocicletas— se equivocó de casa y atentó contra el domicilio de una familia que no tiene ninguna relación con el funcionario penitenciario.
Los vecinos relataron que al menos dos proyectiles atravesaron la estructura e impactaron junto a la ventana de una habitación. Por fortuna, la vivienda estaba vacía en ese momento. La puerta metálica también registró varios orificios ocasionados por los disparos.
Al lugar acudieron unidades de la Policía Nacional, entre ellas la Policía Judicial (PJ) del Azuay, la Unidad de Criminalística (UCM) y el Grupo de Operaciones Especiales (GOE). En la escena se levantaron al menos siete indicios balísticos y los dos tacos de dinamita fueron desactivados de manera controlada. Todas las evidencias quedaron bajo cadena de custodia.

Fuentes policiales confirmaron que, por el contenido del panfleto, el atentado estaba dirigido al director del CRS Turi, pero los atacantes confundieron el domicilio. El caso ingresó a etapa de indagación previa con la finalidad de identificar a los responsables.
Tras el hecho, los habitantes se concentraron y solicitaron una intervención urgente de la Gobernación del Azuay y de la Policía Nacional para reforzar la seguridad en el sector. Un habitante señaló que jamás habían vivido un hecho violento de esta magnitud y que el ataque erróneo generó temor e incertidumbre en el barrio. (I)
