«La hormona de crecimiento a nivel privado tiene un costo muy elevado, pero el hospital del Seguro me la proporciona», dijo Andrea Maldonado. Ella acudió al Hospital de Especialidades José Carrasco Arteaga del IESS en Cuenca porque su hija nació con bajo peso y talla.
Seis meses atrás, Andrea llevó a Martina, de 11 años, a Consulta Externa de Pediatría. Un examen genético reveló una alteración muy rara, denominada IGF2, que, según el endocrinólogo, debe tratarse como talla baja severa con hormona de crecimiento.
“Al ingresar al hospital me brindaron ánimo, explicaron protocolos, asignaron turnos y facilitaron el acceso al tratamiento. Este mes mi hija empezará a recibir la hormona de crecimiento”, comentó Andrea.
El pediatra endocrinólogo Lincoln Mendoza explicó que la hormona se aplica a diario y, según la edad de inicio (5–10 años), incluye un seguimiento médico constante.
El tratamiento privado oscila entre 500 y 1 500 USD mensuales. En el caso de Martina, sus tres cartuchos superan los 500 USD al mes, y el esquema puede extenderse de cinco a diez años.
Al ingresar, el equipo notó que la talla de Martina no coincidía con la de sus compañeros, pese a resultados normales en otros estudios.
Con las herramientas del hospital se diagnosticó su patología y se confirmó que el tratamiento con hormona de crecimiento es el adecuado, un procedimiento de alto costo cubierto por el Seguro Social.
Andrea expresó su emoción al iniciar el tratamiento: “Es un medicamento muy costoso y no contábamos con recursos para comprarlo. La atención es buena, el personal es amable y estamos muy agradecidas con los especialistas”.
La hormona de crecimiento puede aumentar la talla infantil entre 20 y 30 cm, mejorando la calidad de vida. El médico realiza seguimiento para evaluar efectos adversos y ajustar la terapia.
El tratamiento finaliza al cierre de los cartílagos de crecimiento, al término de la pubertad, momento en que los especialistas determinan suspender o reiniciar según conveniencia.
El Hospital del IESS en Cuenca atiende alrededor de 300 pacientes con esta patología. El acompañamiento de médicos especialistas, entre ellos un nutricionista, es clave para lograr los mejores resultados. (I)